Cómo preparar tu coche para un viaje seguro en verano

En verano nos lanzamos a la carretera. La Dirección General de Tráfico (DGT) preve un total de 91,2 millones de desplazamientos, recuperando los niveles de antes de la pandemia. Por este motivo, son unos meses en los que hay que prestar especial atención al estado del coche, pero también a la preparación del viaje, incluido el estado físico del conductor. Hay muchos factores a los que se debe estar alerta: las altas temperaturas, los atascos en las carreteras o la incidencia del coronavirus son algunos ejemplos. Cómo preparar tu coche para un viaje seguro en verano es relativamente sencillo si sigues los siguientes consejos.

En primer lugar, antes de un viaje largo, sea en la época del año que sea, es importante realizar una revisión mecánica. Hay que asegurarse de que los elementos básicos están en perfecto estado. Lo más recomendable es pasar por un taller especializado y de confianza. Revisa los niveles de líquidos (frenos, aceite, dirección asistida, etc). Y en verano, muy importante, el depósito del agua del limpiaparabrisas.

En este chequeo se debe incluir al aire acondicionado. Hoy en día es inimaginable realizar un viaje largo, en pleno verano y con niños a bordo, sin este sistema de refrigeración. Un coche bien climatizado es la diferencia entre un trayecto plácido y un infierno camino de la playa. Y no solo para obtener el máximo confort a bordo, también por una cuestión de seguridad.

El estado de los neumáticos, clave para que el viaje sea seguro

En el apartado mecánico, fundamental comprobar que los neumáticos estén en buen estado. Por obvio que parezca, se trata del único elemento del coche que está en contacto con el asfalto. Por un lado, hay que fijarse en un posible desgaste irregular de los flancos o la zona central. Y por otro, hay que tener en cuenta la profundidad del dibujo. Si esta es inferior a 1’6 mm (medida establecida por la Unión Europea) se produce una gran pérdida de agarre que afecta gravemente a la seguridad del vehículo y a la de sus ocupantes.

En lo referente al cuidado del vehículo, comprueba que las luces del coche y los cinturones de seguridad funcionan bien. Además de por un motivo de seguridad, evitas una posible multa.

Antes de emprender la marcha, asegúrate de que viaja contigo toda la documentación del vehículo, así como la personal. Se trata del carné de conducir, la tarjeta de inspección técnica del vehículo, el permiso de circulación del vehículo y el informe de la ITV.

Para evitar atascos, planifica tu viaje. Puedes salir más temprano, evitando las horas centrales del día, en las que el sol puede molestarte y hace más calor. Consulta tu navegador GPS o Google Maps para conocer la ruta, y valora rutas alternativas -incluso carreteras secundarias- menos congestionadas. Si aún así sufres retenciones, tómatelo con calma y no corras una vez el tráfico vuelva a ser fluido.

Hay un gran olvidado en la previa de los viajes: cargar correctamente el vehículo. Una buena organización de los objetos en el maletero y en el habitáculo no solo ayuda a optimizar el espacio de carga. También, es clave para la seguridad de las personas a bordo.

Y también el conductor debe prepararse para el viaje en verano

Si el viaje es largo, muy habitual en verano, se deben hacer paradas frecuentes. No te cortes y no tengas prisas por llegar a tu destino. Querer hacer un viaje de una tirada puede ser un gran riesgo para tu seguridad y la del resto de conductores. Se recomienda no conducir durante más de dos horas seguidas para mantener la concentración y evitar la aparición del sueño, o los dolores de espalda. Estas paradas no son solo necesarias para el conductor, sino también para el pasaje.

Es importante que el conductor y el resto de ocupantes se mantengan hidratados dentro del coche. Ya sea con agua fresca, zumos o bebidas isotónicas. Especial atención si se viaja con niños o con personas mayores. Estar bien hidratadado se traduce en un menor riesgo de adormecimiento -las autovías y autopistas son más seguras, pero también más monótonas- y en llegar más fresco al destino.

El conductor debe seguir otra serie de recomendaciones para que el viaje sea lo más seguro posible. Descansar antes de emprender la marcha, evitar comidas copiosas -ni que decir tiene el consumo de alcohol-, comprobar que los fármacos recetados son compatibles con la conducción o llevar una ropa ligera y un calzado cómodo -nunca chanclas-, entre los trucos para evitar sobresaltos al volante. Y por supuesto, olvídate de la tecnología: que el móvil no te distraiga de llegar a tu destino vacacional.

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