Cómo mirar el aceite del coche

Cómo mirar el aceite del coche puede ayudar en la prevención de una avería grave del motor. Revisar el nivel de aceite es una de las claves del correcto mantenimiento del vehículo. Se trata de una tarea sencilla, que cada persona puede hacer por sí misma. Da igual la marca o el modelo de tu coche, mirar el lubricante no tiene truco.

Te contamos en unos breves pasos cómo hacerlo.

Antes de realizar la operación, debe comprobarse que el coche está en una posición horizontal y el motor frío y parado. Cuando se aseguren estos aspectos, toca levantar el capó del vehículo y acceder a la varilla que mide el nivel de aceite. La varilla es fácil de encontrar. Suele tener un color llamativo (amarillo o naranja) para diferenciarse del resto de piezas.

Extraer la varilla y usar un trapo

Una vez localizada, se desenrosca y se extrae. Se coge un trapo para no mancharnos y se limpia la varilla. De esta manera, uno evita ensuciarse las manos y la ropa, además de realizar la medición correctamente.

Ya sin aceite, hay que fijarse en que la varilla tenga dos niveles. Uno que indica la mínima y otro la máxima cantidad de aceite que debe tener el coche según el fabricante.

La primera medición no es válida. Es decir, hay que volver a introducir y extraer la varilla. Con cuidado de no gotear, se comprueba si el nivel de aceite del coche está dentro de esos límites. Si el aceite reflejado en la varilla está por debajo del nivel mínimo, hay que añadir lo que falte a través del tapón. Si supera el máximo, hay que acudir a un taller para retirar el excedente.

La ventaja de tener un coche moderno

Los coches más modernos disponen de un «chivato» electrónico en su cuadro de instrumentos. Este se enciende para alertar que se está agotando el aceite y es necesario llenarlo.

Si se trata de un coche más antiguo, hay que estar un poco más atento. Es recomendable revisar el nivel del aceite del coche una vez al mes. También antes de realizar un viaje largo. O con los cambios de temperatura de invierno o verano. De cualquier manera, en las revisiones periódicas del taller o en la ITV es habitual su comprobación.

Por último, un breve recordatorio sobre la importancia de que el motor esté perfectamente lubricado, es decir, que tenga aceite. Si circulamos muchos kilómetros con menos cantidad de la que se debe, las piezas de la mecánica pierden su capa protectora y se producen demasiados rozamientos. Esto ocurre a altas temperaturas, provocando que el motor se rompa o gripe.

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