Manchas bajo el coche: ¿debo preocuparme?

La única mancha bajo el coche de la que no hay que preocuparse es de agua, ya que tiene su origen en un proceso natural del sistema de climatización del coche. En el resto de casos, el vehículo no debería perder ningún fluido, por lo que una «fuga» nos podría indicar que hay alguna avería. En función del color y la densidad de la mancha, el problema puede venir de una parte u otra de la mecánica. Se trata de gotas de aceite, refrigerante, lubricante o combustible que avisan de una pequeña fuga o problemas de mayor calado. Manchas bajo el coche: ¿debo preocuparme?

Los coches están diseñados como sistemas estancos. Más allá del agua que, sobre todo en verano, se condensa y puede acumularse bajo el vehículo si estamos un rato parados con el aire acondicionado en funcionamiento, no deberíamos encontrarnos con nada más. Al ser agua, se evaporará de forma natural, sin dejar residuo alguno. El problema viene cuando nuestro coche pierde cualquier otro tipo de fluidos: hay una fuga, y por tanto, un problema.

En este punto, es muy importante saber a qué nos estamos enfrentando. Identificar el origen de la fuga y actuar rápido, acudiendo a un taller especializado, puede evitar un desembolso económico mayor.

Tipos de manchas (preocupantes) en los bajos de nuestro coche

Las manchas de líquido negro, espesas, con cierta viscosidad son un indicador de una fuga de aceite. En función de la cantidad, habrá que preocuparse más o menos. Un par de gotas a la semana es una pérdida leve. Sin embargo, si te encuentras con un charco, la fuga es considerable. En este caso, vigila muy de cerca el nivel de aceite del motor y no postergues tu visita al taller, ya que la salud de tu coche puede estar en entredicho. Seguramente, tendrán que realizar un rellenado de aceite.

La otra mancha más común, junto a la del aceite, que encontraremos debajo del coche en caso de avería es la provocada por la fuga del anticongelante. Este suele tener un color llamativo -verde o rosa son los más habituales- y tiene un olor realmente característico. Un olor dulzón y penetrante que nunca deberíamos oler si el sistema de refrigeración está en buen estado. Las pérdidas de anticongelante suelen dejar en el suelo residuos.

Otras manchas que pueden aparecer en los bajos del coche, y que son más fáciles de distinguir por su característico olor, son las del combustible. La gasolina, además de su olor típico, es casi transparente y tiene una densidad muy similar al agua. El problema está relacionado con el sistema de alimentación. Por su parte, si el coche es diésel, el color del charco que se forma en el suelo es ligeramente marrón. Mucha atención si acabamos de repostar. Puede que alguna de las gotas que haya en los bajos del coche se nos haya derramado en la operación, descartando la existencia de una avería.

Fuga de lubricantes procedentes de la transmisión, la dirección o los frenos

En el caso de que las manchas procedan de otros lubricantes hay que saber que son parduscos, negros y muy grasientos. Por ejemplo, la de los líquidos de la transmisión o de la dirección es bastante parecida a las manchas de aceite. La del líquido de frenos tiene una consistencia aceitosa y un olor penetrante. Es marrón claro o verdoso, si es más viejo. Además, es bastante fácil de localizar en función de la zona en que se encuentre debajo del coche. Si está cerca de una rueda, es muy probable que la fuga esté en el sistema de frenos.

Por último, y el menos probable, es la fuga del líquido de la batería. En este caso hay que estar atentos porque es un ácido así que será más fácil identificarlo por su olor penetrante y, al menos, la placa inferior de la bandeja de la batería estará completamente oxidada.

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