Líquido de frenos

Dentro del sistema de frenado, el líquido cobra una importancia fundamental a la hora de detener el coche y evitar un accidente. Pero ¿sabemos exactamente qué es el líquido de frenos y cuándo hay que cambiarlo? Un correcto mantenimiento del sistema de frenado del coche o la moto es fundamental para la seguridad.

El líquido de frenos es un fluido hidráulico que transmite correctamente la fuerza ejercida sobre el pedal de freno a los pistones del sistema, permitiendo una frenada efectiva.

En la eficiencia de este esquema cobra mucha importancia cambiar adecuadamente el líquido de frenos, pero muchos conductores desconocen cada cuánto tiempo hay que hacerlo. Normalmente, el fabricante recomienda sustituirlo cada dos años y nunca esperar más de cuatro (entre los 40.000 y 60.000 kilómetros). No obstante, dependiendo del uso que se haga del vehículo, estos márgenes pueden variar.

Con el paso del tiempo, el líquido de frenos incrementa su porcentaje de agua y acaba formando burbujas de vapor. Si no se revisa lo que se conoce como «punto de ebullición», la consecuencia es la corrosión en los conductos y el incremento en el desgaste de los pistones. Llegados a esta situación, disminuye la efectividad de la frenada y aparecen las averías.

Mucho cuidado con la humedad

Por definición, el líquido de frenos es higroscópico, es decir, atrae y absorbe la humedad. Sin embargo, otro factor que influye en su sustitución es la reacción química al agua, debiendo tener cuidado con la humedad del ambiente.

Independientemente de los kilómetros y el tiempo recomendado, es muy importante pasar la Inspección Técnica de Vehículos (aquí tienes la guía sobre cuándo pasar la ITV) para ver si el líquido de frenos está en estado correcto.

No hay un líquido de frenos universal

No todos los líquidos de frenos son iguales. Es por ello que hay que asegurarse de utilizar el recomendado por el fabricante del vehículo. Usar un líquido de frenos equivocado, caducado o sucio puede provocar graves daños en el sistema. En tal caso, se debe extraer el líquido, limpiar el sistema y volver a llenarlo con el líquido correcto.

Regidos por el DOT, el acrónimo del Departamento de Transporte de los Estados Unidos (Department Of Transportation, en inglés), los tipos de líquidos de frenos que se comercializan tienen las siguientes nomenclaturas:

  • DOT 3: es el más utilizado en frenos convencionales al ser el más común y barato. Tiene un punto de ebullición seco de 205 ºC y húmedo de 140 ºC. Su grado de viscosidad es de 1500 unidades (cSt). Absorbe el agua con facilidad, por lo que es propenso a la corrosión del sistema.
  • DOT 4: este tipo es recomendable en frenos convencionales y sistema con ABS. Ofrece más durabilidad y prestaciones que el DOT 3. Su punto de ebullición en seco es de 230 ºC y el húmedo es de 155 ºC. Su viscosidad es de 1800 cSt.
  • DOT 5: no puede mezclarse con los dos anteriores, ya que su base es sintética. Su punto de ebullición es de 260 ºC y se recomienda en vehículos que pasan tiempo sin moverse.
  • DOT 5.1: es un líquido de tipo DOT 4 que cumple con los estándares de nivel DOT 5 en lo que respecta a punto de ebullición y viscosidad. También recibe los nombres comerciales de DOT 4 plus o Super DOT 4. El punto de ebullición en seco es de 270 ºC y en húmedo de 180 ºC, ofreciendo una viscosidad de 900 cSt.

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