Pros y contras de los vehículos a gas

El automóvil continúa su transformación hacia una movilidad más sostenible y limpia. Entrando en la tercera década del siglo XXI, el sector lo apuesta todo a la electrificación de los nuevos modelos. Los eléctricos puros, los híbridos enchufables y los híbridos copan los lanzamientos y las novedades de las marcas. Más lejos queda el hidrógeno. Y en paralelo están los coches que utilizan gas, menos alumbrados por los focos. A continuación, explicamos los pros y contras de los vehículos a gas.

El gas utilizado en los coches se conoce como GNV, o lo que es lo mismo, gas natural vehicular. En determinados mercado -por ejemplo, en Italia- es una de las opciones preferidas por el cliente. En España, aunque su cuota es muy pequeña, la oferta de marcas y modelos ha aumentado considerablemente.

Uno de los pros de los vehículos a gas es el etiquetado ECO que reciben por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT). Al igual que los híbridos e híbridos enchufables con autonomía eléctrica por debajo de los 40 kilómetros, el coche a gas tiene ventajas fiscales (incluida la exención del Impuesto de Matriculación) y la facilidad de acceso a algunas zonas restringidas de las ciudades y de aparcamiento de pago en superficie.

Se trata de una tecnología más limpia que el diésel o la gasolina, ya que emite menos gases de efecto invernadero y disminuye el nivel de emisiones de hidrocarburos. Según el RACC, el coche a gas puede reducir las emisiones de CO2 hasta un 24%, en un 85% las de óxido de nitrógeno y el 99% de las partículas.

Además, son coches con una gran autonomía, gracias a los dos depósitos, de gasolina y gas, con los que cuenta. Este sistema «bifuel» les concede entre 300 y 500 kilómetros, según el modelo, de funcionamiento a gas, a los que hay que sumar el tanque de gasolina. En total, los coches más grandes pueden alcanzar hasta 1.300 kilómetros antes de volver a repostar.

A diferencia de los eléctricos o enchufables, los coches de gas tienen la ventaja de repostar en un corto espacio de tiempo, siguiendo la misma dinámica que un automóvil de gasolina. La boca de llenado del gas está junto a la de la gasolina, utilizando una manguera que llena el tanque en apenas un minuto. El riesgo de quedarse «tirado» es mucho menor que en el coche eléctrico.

Por último, el precio del gas es un 40% más económico -de media- que el del diésel.

Qué tienen en contra los vehículos a gas

La principal desventaja de los vehículos a gas es la carencia de puntos de repostaje. Aquí conviene hacer una distinción entre los coches de gas licuado derivado del petróleo (GLP) y los de gas natural comprimido (GNC). El primero, también conocido como “Autogás”, está más generalizado en la red de gasolineras de España. Sin embargo, el GNC apenas cuenta con 60 puntos de repostaje en todo el país.

Otra desventaja de los coches de gas es la pérdida de espacio. Su depósito se coloca en el maletero del vehículo, reduciendo así el volumen de carga. Y también, el aumento del peso del coche, inevitable en un tipo de vehículo que incorpora un kit -y no solo el tanque- para el correcto funcionamiento a gas. El peso extra puede oscilar entre los 50 y 70 kilogramos.

Después de ver todos los pros y contras de los vehículos a gas, la decisión final depende de las circunstancias y usos que cada persona dé al coche.

Deja un comentario