Coches híbridos y eléctricos

Por definición, un coche híbrido es aquel que combina dos motores, uno de combustión (diésel o gasolina) y otro eléctrico. Cuenta con un paquete de baterías que se cargan durante la conducción. El sistema híbrido mantiene las baterías con un nivel mínimo de energía, de tal manera que no se necesite una toma de corriente externa.

En algunos modelos, la tecnología híbrida permite la conducción cien por cien eléctrica mediante un botón específico «EV». En cualquier caso, y siempre que las circunstancias lo permitan, la autonomía «cero emisiones» apenas dura un par de kilómetros. El coche híbrido está concebido para que los dos motores se combinen automáticamente para ahorrar combustible.

Con la climatización activada, en carreteras de gran desnivel o ante la demanda de potencia, el motor térmico cobra más protagonismo. En desaceleraciones, tramos llanos o descendentes y a bajas velocidades, la parte eléctrica está más tiempo activa, lo que se traduce en una disminución del gasto de carburante. O lo que es lo mismo, pasar menos por la gasolinera.

Toyota, y por extensión su marca de lujo, Lexus, es el fabricante más importante de coches híbridos del mundo. En España, Toyota ya no vende versiones diésel y muy pocas de gasolina. Todas sus gamas, salvo el económico Aygo, apuesta por el híbrido. Como muestra, el ranking de coches híbridos más vendidos en España: ocupan los cuatro primeros puestos, el sexto y Lexus el octavo y el noveno.

Las marcas coreanas Kia y Hyundai, pertenecientes a un mismo consorcio automovilístico, son las principales alternativas a Toyota, que fue pionera con el Prius a finales del siglo pasado. Hoy, pasados 20 años, sigue siendo un modelo en plena vigencia y muy demandado.

Los coches eléctricos: los híbridos de hace 20 años

Los coches eléctricos son aquellos en los que el motor emplea la energía almacenada en las baterías para desplazarse. A diferencia de los híbridos, necesitan una toma de corriente externa para cargarse. Suelen equipar uno o varios motores, destacando por su silencio de marcha, no emitir emisiones de CO2 y disponer de una elevada capacidad de aceleración.

No confundir el coche eléctrico (BEV, de Batery Electric Vehicle por sus siglas en inglés) con los eléctricos de autonomía extendida o con los híbridos enchufables. El coche eléctrico no lleva ningún motor de combustión. Y sus baterías solo pueden cargarse si se «enchufan» a la red.

La autonomía de estos coches es su principal hándicap. Sin embargo, en los últimos años las baterías han evolucionado mucho. Es fácil ver modelos con alcances por encima de los 400 kilómetros.

Aunque el vehículo eléctrico es casi tan antiguo como el de gasolina (sí, nació en 1890), su apogeo ha ocurrido más de un siglo después. Obligados por los altos niveles de contaminación, las marcas de coches se han lanzado en tromba a por el nuevo superventas no contaminante.

Todas, desde Volkswagen hasta Renault, pasando por Opel, Fiat o Mazda, están ofreciendo coches eléctricos en sus gamas. En 2021 sus ventas son residuales, en buena medida por los altos precios. En España el pasado año se matricularon poco más de 4.000 coches (del total de 850.000 entregas realizadas). El líder es el Renault Zoe, seguido del Hyundai Kona eléctrico y del Peugeot 208-e.

En esta misma lista, el cuarto en discordia queda el Tesla Model 3. La marca de Elon Musk ha sido la gran abanderada del coche eléctrico en la última década y la que ha marcado el camino a los fabricantes premium. Mercedes, BMW o Audi también tienen modelos eléctricos de altas prestaciones en sus catálogos.

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