Coche de pila de combustible de hidrógeno

Para muchos expertos en movilidad, la pila de combustible de hidrógeno es el «Santo Grial» del coche del futuro. O no tan futuro, porque muchos fabricantes están apostando desde hace años por el hidrógeno, en especial Hyundai-Kia y Toyota, que ya tienen circulando sus modelos en Corea del Sur y Japón. Pero, ¿en qué se basa esta tecnología? ¿Qué semejanzas y diferencias tiene con un coche eléctrico? ¿Está España capacitada para dotar a estos vehículos de la infraestructura necesaria?

El coche de pila de combustible está basado en el hidrógeno, el elemento químico más común en la naturaleza. Aunque se puede utilizar en motores de combustión, las marcas han probado con éxito implementarlo en vehículos eléctricos. Con el potencial que esto supone en materia de sostenibilidad.

Como en el automóvil eléctrico, en el de hidrógeno son exclusivamente los motores eléctricos los que mueven las ruedas. Sin embargo, su funcionamiento no es igual. Mientras el coche con baterías se alimenta a partir de la electricidad acumulada en estas, el de hidrógeno cuenta con una pila de combustible que va generando la electricidad cuando el vehículo la necesita.

Las diferencias entre el coche de hidrógeno y el eléctrico

El hidrógeno se almacena a altas presión en unos tanques específicos del coche. Por su parte, la pila de combustible es un conglomerado de celdas que, añadiendo oxígeno de la atmósfera, produce la electricidad necesaria para mover el vehículo. La transformación química produce de manera residual agua, de ahí que el automóvil de hidrógeno incorpore tubos de escape. En este caso, expulsan vapor de agua.

El hidrógeno es un gas totalmente inocuo en condiciones de temperatura y presión ambiental.

Una de las ventajas del coche de pila de combustible respecto al eléctrico es que puede funcionar sin estar consumiendo hidrógeno. Lo logra a través del sobrante de electricidad acumulada en la batería y la recuperación de energía conseguida a través de la frenada regenerativa.

A partir de aquí, el coche de pila de combustible es igual que uno eléctrico, compartiendo ambos el mismo tren motriz (unidad de potencia, electrónica, ausencia de transmisión, etc).

Los principales problemas del coche de hidrógeno

Como comentamos al principio de esta entrada del blog, el hidrógeno es abundante. Sin embargo, su obtención es complicada. Se trata de un componente que no existe por sí mismo, sino que va ligado a otros elementos, de los que hay que separarlo. Para aislar el hidrógeno, hay que recurrir a diferentes procesos que dificultan y encarecen el desarrollo del vehículo de pila de combustible.

Técnicamente, el segundo problema es el del almacenamiento. Las inversiones millonarias de grandes compañías, no solo del sector del automóvil, han ayudado a aminorarlo, pero no resolverlo. Se trata de un gas extremadamente volátil, cuya baja densidad hace difícil que no se produzcan escapes dentro de los depósitos o tanques.

Y por último, la red de infraestructura. En el caso concreto de España, el coche de hidrógeno se encuentra en una fase muy incipiente. En la actualidad hay seis «hidrogeneras», y no son de uso público. Están en Madrid, Sevilla, Zaragoza, Huesca, Albacete y Puertollano. El Gobierno ha aprobado un plan, denominado la «Hoja de Ruta del Hidrógeno», que contempla la implantación de una red de 100 hidrogenras para 2030.

Hasta entonces, el coche de pila de combustible de hidrógeno en España está en una fase embrionaria, en la que la demanda todavía es residual. Sirva como dato que en nuestro mercado, a día de hoy, solo se venden dos modelos con esta tecnología: Hyundai Nexo y Toyota Mirai.

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