Consejos para el mantenimiento de un coche diésel

Un coche diésel ofrece una serie de ventajas respecto a los de gasolina. Son motores con un extra de fuerza y potencia, que destacan por su fiabilidad y bajos costes de utilización con el paso de los kilómetros. Y son mecánicas que gastan menos combustible a igualdad de potencia con una versión de gasolina. Dicho todo esto, sus particularidades técnicas hacen que haya que estar más pendiente de ellos, requiriendo revisiones más exhaustivas. Hoy te ofrecemos unos consejos para el mantenimiento de un coche diésel, esperando que sea de tu interés y utilidad.

La primera recomendación es que acudas a un taller especializado. La segunda, que lo hagas en el plazo recomendado por el fabricante, sobre todo en lo relacionado con la sustitución de los filtros y líquidos.

Lo normal es que en un coche diésel se cambie el aceite cada 30.000 kilómetros o dos años, lo que primero ocurra desde la última revisión. ¿Por qué es lo primero que hay que sustituir? Se trata de dos elementos esenciales para cualquier motor de combustión. Son los encargados de lubricar sus partes móviles, reduciendo la fricción. Además, evita la corrosión y reduce su temperatura. Utiliza aceites aprobados por la marca de tu coche; no te la juegues, ahorrándote unos pocos euros que más adelante te puedes gastar en una avería muy grave.

Los filtros que tienes que cambiar en un coche diésel

El filtro del aire es otro de los clásicos en esta lista de consejos para el mantenimiento de un coche diésel. Casi tan importante como el anterior, este filtro es el responsable de limpiar de impurezas el aire que llega al motor. Su deterioro, o no sustituirlo cuando toca, puede provocar que estas impurezas acceden al circuito de admisión, provocando la contaminación de la cámara de combustión y el degradado de las paredes de los cilindros.

El tercer filtro clave en esta revisión es el de combustible. Se trata de una especie de malla protectora que impide el paso de la suciedad al circuito de inyección del vehículo, a la bomba de presión, al circuito de alimentación o a los inyectores. Cuando está en malas condiciones y no lo sustituimos a tiempo, permite el paso de esta suciedad a componentes delicados de la mecánica como pueden ser válvulas o inyectores. Además si se acumulan muchas partículas pueden llegar a obstruir el paso de la gasolina, dando como resultado el incorrecto funcionamiento del motor por falta de combustible.

Entre los consejos para un correcto mantenimiento de tu coche diésel debe estar el cuidado de las bujías de precalentamiento o calentadores. Son las encargadas de calentar la cámara de combustión, facilitando el arranque en frío. Comprueba que son sustituidas cuando lo indica el fabricante.

La importancia de revisar la válvula EGR de un coche diésel

Por último, es el turno de una de las piezas clave de los motores diésel, las válvulas EGR. Ideadas para reducir la contaminación de estas mecánicas, son las responsables de la recirculación de los gases de escape. Toda persona propietaria de un vehículo de gasoil se ha enfrentado a su limpieza o sustitución, ya que con el paso de los kilómetros la carbonilla se acumula, impidiendo el correcto funcionamiento de las válvulas.

Y como también ocurre en los coches de gasolina, en los diésel hay que estar atento a otros elementos más allá de los puramente mecánicos. Hablamos del sistema de frenos (pastillas, discos y líquido), el sistema de refrigeración, o por supuesto, la suspensión y los neumáticos.

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