Qué coche me compro: gasolina o diésel

La compra de un coche nuevo suscita muchas dudas. Además de cuestiones puramente personales, como el color de la carrocería o los asientos en piel o tela, y de índole económico, la gran disyuntiva de todo comprador en las últimas dos décadas es: un coche gasolina o un coche diésel.

Para acertar con la decisión, es importante conocer las diferencias entre ambos. Considerados motores de combustión interna, esto es, que el combustible se mezcla con el aire cuando entra en el motor y se comprime internamente en el cilindro, la ventaja del diésel respecto a la gasolina es que tiene un mayor poder energético y un proceso de combustión más eficiente en el que quema menos combustible.

Dicho de otra manera: un mismo modelo de coche diésel consumirá siempre menos carburante que la versión equivalente de gasolina. Sin embargo, hay otras consideraciones que el usuario debe considerar antes de acometer la compra.

El precio del coche

De media, un coche diésel cuesta 1.500 euros más que uno de gasolina. Sin embargo, en los próximos meses esta circunstancia puede cambiar debido a la inminente implantación de la normativa de emisiones de la Unión Europea, que mide los gases de CO2 de todos los vehículos nuevos. Con el umbral de los 95 gramos por kilómetro, las marcas toman medidas: electrifican sus gamas e incentivan la compra de las versiones de gasoil, que emiten alrededor de un 15 por ciento menos de CO2.

En otras palabras, ese ahorro en la compra de un coche de gasolina puede desaparecer o disminuir en los próximos meses.   

El precio del combustible

El precio medio del litro de gasolina 95 en España se situó en 1,15 euros a finales de octubre de 2020, por los 1,02 euros del gasoil, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea. Un turismo de tamaño medio, cuyo depósito tiene una capacidad de 40 litros, cuesta llenarlo completamente 40,8 euros en un diésel por por los 46 euros del gasolina.

En ambos combustibles, el precio viene condicionado por la carga impositiva. Por un lado, está la Ley de Hidrocarburos, cuyo gravamen es fijo tanto para el diésel como para la gasolina, y que en los nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) finalmente no se modificará. De tal manera, el diésel es más competitivo para el usuario, que tiene que asumir 0,379 euros/litro por los 0,472 euros/litros de la gasolina del precio final. Por otro lado, el IVA es de un 21% para los dos carburantes. En resumidas cuentas, el usuario de coche diésel paga en torno al 55% de impuestos cada vez que acude a una estación de servicio, por el 60% del propietario de un vehículo de gasolina.

El mantenimiento… y la rentabilidad

Un vehículo diésel tiene un coste de mantenimiento superior al de gasolina. Según un estudio de Tallerator, plataforma on line que compara precios de mecánica, la revisión de los primeros 60.000 kilómetros es 20 euros más cara en un coche diésel.

La Inspección Técnica de Vehículos (ITV), que los coches nuevos pasan cada cuatro años, al llegar al octavo cada dos y desde el décimo cada año, es más cara en un diésel. Según FACUA-Consumidores en Acción, el precio medio de la ITV de un coche de gasolina en España fue de 34,20 euros en 2020, por los 41,23 de un coche diésel.  

El valor residual del vehículo, es decir, su precio de venta como coche usado es importante para fijar la rentabilidad de uno u otro combustible. En los últimos años, la demanda del gasoil está en caída libre, acelerando su devaluación y que los potenciales compradores se decanten por otros combustibles o tecnologías. Este contexto desfavorable, por lo menos, trae alguna buena noticia para el diésel: el precio del seguro es prácticamente idéntico al de un coche de gasolina.

El tipo de uso

Seguramente, el uso que vayas a hacer del coche sea el factor determinante para saber si es mejor la opción de gasolina o diésel. La primera es más rentable si utilizas moderadamente el coche, esto es, para desplazamientos urbanos o interurbanos no periódicos y viajes largos puntuales (vacaciones de verano, Navidad, puentes, etc). Si el coche se mueve a diario y los fines de semana también se realiza con él trayectos largos, la opción del diésel será más rentable con el paso del tiempo y los kilómetros.

Las restricciones de circulación

Por último, que tu decisión contemple el medio y largo plazo. Todas las administraciones, locales, nacionales y europeas abogan por limitar el uso del coche y restringir su acceso a los centros urbanos. El sistema de etiquetado de la Dirección General de Tráfico (DGT) hace que algunos modelos de coche (según el tipo de combustible y la fecha de fabricación) estén ya ‘prohibidos’ en grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Recientemente, el Gobierno anunció que obligará a todas las ciudades con más de 50.000 habitantes a tener una zona de bajas emisiones (como Madrid Central).

En definitiva, no hay una opción buena y otra mala. Son muchos los factores que el comprador debe analizar antes de comprar un coche gasolina o diésel. 

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