Consejos para el mantenimiento de un coche de gasolina

Los coches de gasolina siguen gozando de una gran popularidad. Con el complicado acceso para el público general a los modelos eléctricos y el declive que vive el diésel, las ventas de los vehículos de gasolina se han disparado. Se trata, por lo tanto, de una mecánica muy extendida y con una elevada fiabilidad como consecuencia de su larga tradición. Sin embargo, no son infinitos y se pueden estropear si no se hace un cuidado correcto. Hoy te damos una serie de consejos para el mantenimiento de los coches de gasolina.

Lo primero que te vamos a contar es en qué consiste esta mecánica. Se trata de motores de explosión que consiguen la energía mecánica directamente de la energía del combustible. Esto es posible porque se genera la detonación del combustible mediante una chispa, que a su vez provoca la expansión del gas y, en consecuencia, el movimiento del pistón.

Es importante que sepas que, aunque se traten de motores menos complejos que los de gasoil, los de gasolina también necesitan sus revisiones. De esta manera, es fundamental pasar periódicamente por un taller especializado para supervisar el estado de una gran cantidad de piezas y componentes, no solo de la mecánica, también del chasis.

Cumplir con los plazos marcados por el fabricante

Entre los consejos más útiles para el mantenimiento de un coche de gasolina está el de cumplir con los plazos que marca el fabricante. La revisión mecánica de un coche de gasolina depende de varios factores. Lo normal es que la marca te recomiende pasar por el taller cada 25.000 kilómetros o dos años, lo que primero ocurra.

Las piezas que deben tenerse en cuenta a la hora de realizar la revisión de un vehículo de gasolina son el cambio de aceite, el filtro de aceite, el filtro del aire, el filtro del combustible, las bujías, la correa de distribución y el embrague.

Los cambios de aceite dependen de las indicaciones de cada fabricante tanto en tiempo como en kilómetros. El aceite de motor es un elemento básico para el coche, lubrica toda su estructura y permite un movimiento más suave de las piezas. Es fundamental para la mecánica de gasolina que el aceite mantenga todas sus propiedades intactas.

En paralelo al cambio de aceite es importante que se realice el cambio de filtro del aceite, así como el filtro de aire que evita que lleguen impurezas al motor. Otro filtro que se debe cambiar es de la gasolina. Menos importante que en una mecánica diésel, a largo plazo puede introducir elementos nocivos en los inyectores, provocando importantes averías.

La «chispa adecuada» o las bujías de un coche de gasolina

Una de las peculiaridades de los coches de gasolina es que requieren de bujías para encender el motor. Si en un modelo de gasolina las bujías están dañadas, el vehículo no arranca. Además, hay que cambiar todo el juego, lo que incrementa el precio de la reparación. Si tienes un coche de gasolina, es imprescindible que cada cierto tiempo eches un vistazo al aspecto de las bujías. Si ves que hay depósitos de aceite o de carbón puedes tener un problema.

Otro de los elementos básicos que se deben revisar en un mantenimiento periódico de un coche de gasolina es la correa de distribución. Se trata de una de las piezas más caras de sustituir en un vehículo. Por norma general, la correa de distribución debe ser remplazada cada 150.000 kilómetros.

El embrague es otra de las piezas caras de sustituir. El uso reiterado por el cambio de marchas, fatigando más de la cuenta el pedal, puede afectar al funcionamiento general del mecanismo. Es sabido por todos que una avería completa del embrague de un coche de gasolina puede ser muy costosa. Asegúrate de realizar una conducción eficiente y tranquila; tu bolsillo te lo agradecerá en el largo plazo.

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