Una maqueta perfecta del Targa

Hoy, os traemos una maqueta muy especial. Una maqueta del Targa a escala 1:5 construida completamente a mano, desde las mediciones al pulido, pasando por la fundición, el fresado y el torneado. Esta exclusiva joya adorna la exposición ’50 años de Porsche Design’ en el museo de Zuffenhausen.

El origen de este proyecto fue una maqueta de barco construida por Elmar Rossmayer, expuesta en una vitrina del Club Náutico de Württemberg en Lindau, en el lago de Constanza. Un miembro de la familia Porsche descubrió esta obra maestra, junto con un pequeño cartel de latón con el nombre y la dirección del artesano. “Todo empezó con este cartel”, cuenta Rossmayer, que ahora tiene 80 años. Poco después, recibió una llamada de Porsche, preguntándole si también podía construir maquetas de coches. “Primero le pregunté a mi mujer qué le parecía. Por mi parte, tenía un poco de miedo de morder más de lo que podía tragar. Porsche, esa empresa mundialmente famosa, quiere que le construya una maqueta… Pero, en realidad, no tenía nada que perder”, recuerda…

Su carrera empezó con un primer 911 Coupé. El Targa azul a escala 1:5 que hoy enriquece la exposición del museo de Zuffenhausen fue el segundo encargo del fabricante de deportivos para Rossmayer. Tobias Mauler, responsable de las pequeñas exhibiciones en el equipo del museo de Stuttgart, afirma que “este tipo de piezas cada vez atraen más atención. Nos hemos dado cuenta de que las maquetas son especialmente atractivas para nuestros visitantes. En parte, tal vez se deba a que, a muchas personas, les recuerdan a sus propios coches de juguete de la infancia. Está claro que tienen una fuerte resonancia emocional”.

Una maqueta perfecta del Targa

Porsche cuenta con multitud de estos objetos expuestos en su colección. No solo maquetas, sino también trofeos, esculturas y miniaturas técnicas que ilustran el funcionamiento de diferentes tecnologías. Estas joyas históricas pueden ser los ingredientes mágicos que dan sabor a la exposición y añaden una nueva faceta a los temas expuestos.

Pero volvamos a Elmar Rossmayer y su Targa. Se formó como mecánico en Maybach, en Friedrichshafen, y siempre prefirió el taller a las aulas. “Cuando empecé las clases, taladrar, limar y fresar no era nada nuevo para mí. Había comenzado a practicar con modelos a una edad temprana, primero con los barcos”. Sin embargo, el Targa supuso para el experto artesano un reto muy especial. “Porsche quería un interior completo, un techo Targa desmontable y una luneta trasera extraíble. Y, mientras que el Coupé a escala 1:5 no tenía interior ni ruedas con tapacubos, el Targa azul debía llevar llantas Fuchs”.

En la era de las impresoras 3D, nada de esto habría sido un problema, pero hace 54 años, cuando se creó esta notable miniatura, el Targa a escala 1:5 era una cuestión de artesanía imaginativa y, sobre todo, de improvisación. Cuando Rossmayer cuenta cómo lo hizo todo en su día, hay un brillo inconfundible en sus ojos, como si volviera a ser ese joven, otra vez en el torno, convirtiendo este increíble sueño en una realidad.

Comenzó con la carrocería, que hoy brilla con una impecable pintura azul. “Para mí, solo tenía sentido una solución: la resina epoxi. Pero eso significa que primero hay que hacer un modelo de madera del tamaño adecuado y fundir un molde negativo y otro positivo para cada parte. Luego, la resina epoxi se endurece perfectamente y se puede volver a trabajar muy bien”, explica.

Una maqueta perfecta del Targa

Una y otra vez, Rossmayer tuvo que encontrar soluciones para los detalles. “Reproduje la textura de la parte inferior del salpicadero con el perfil de una suela de zapato, que tuve que recortar a la medida adecuada”. Incluso algo tan banal como un neumático normal y corriente puede suponer un reto. “Empecé cortando la banda de rodadura más ancha y luego introduje una pieza que imitaba los estrechos surcos. Estas estructuras tan finas no se pueden fresar directamente a escala 1:5. Después hubo que volver a lijar todo. Las letras para la escritura de los neumáticos procedían de una tipografía y se insertaron en la forma básica, en el orden correcto, y luego se fundieron perfectamente. Utilicé un método similar con los formatos de los neumáticos en relieve en los flancos”. Finalmente, tras todo el trabajo, Rossmayer lo consiguió, creó la maqueta perfecta del Targa.

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