Los coches descapotables que todavía venden las marcas

El segmento de los coches descapotables está en plena caída. La marcas han reducido de manera exponencial la comercialización de estas versiones. Apenas se encuentran opciones, salvo entre las marcas de lujo o con un catálogo copado de modelos deportivos. Entre las firmas de volumen, también llamadas «generalistas», los descapotables han desaparecido. O se compran como vehículos de segunda mano o de ocasión, o en España es casi imposible adquirir uno nuevo. Parece que los «cabrio» son cosa de Audi, Mercedes, BMW, Porsche o Maserati, por citar cinco firmas. Estos son los coches descapotables que todavía venden las marcas.

De la siguiente lista, hemos eliminados los descapotables de marcas de lujo (Porsche 911 Cabrio) y/o de altas prestaciones (Ford Mustang Cabrio). Con este «filtro», las opciones para conducir a cielo abierto disminuyen notablemente.

De las pocas marcas que se han desmarcado de esta tendencia está Volkswagen. Apoyándose en un modelo de tipo SUV como es el T-Roc, la firma ha lanzado al mercado la versión Cabrio. Es el único modelo de estas características que se vende en España. Se trata de una configuración cuanto menos exótica, con un interior para cuatro ocupantes y una capota de lona de accionamiento automático. A costa de perder en practicidad y dinamismo, el T-Roc Cabrio se desmarca de la competencia con una imagen muy personal y un precio interesante de unos 31.000 euros.

Entre los coches descapotables que todavía venden las marcas y que el común de los mortales puede acceder a él tiene que estar el Fiat 500C. El urbano italiano (3,55 metros de longitud) triunfa en ventas con su carrocería de tres puertas y todo el encanto de la «dolce vita» en una variante descapotable con techo de lona denominada 500C. Además, está disponible con una mecánica microhíbrida que le otorga la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT). El precio, desde 14.000 euros, otro argumento a su favor.

Comprarse un descapotable nuevo no implica tener que gastarse mucho dinero para disfrutar de una conducción deportiva. El Mazda MX-5 es el mejor ejemplo. Disponible desde 24.000 euros, la marca de Hiroshima mantiene en liza desde hace tres décadas a este biplaza, de tracción trasera y peso «pluma» que cautiva por su comportamiento. Se vende con techo de lona o con una carrocería de techo duro retráctil denominada «RF».

Marcas en retirada del segmento de los descapotables

Mini o Abarth son otras firmas (por cierto, de nicho) que mantienen sus modelos descapotables. La excepción que confirma la regla, porque las marcas «generalistas» han huido en estampida. Fabricantes como Renault, Opel, Ford o Peugeot han retirado en los últimos años las versiones descapotables de sus modelos compactos. Declinaciones muy demandas hasta hace no mucho tiempo por un público joven que parece dar la espalda a la compra de un automóvil, o por lo menos, tal y como se conocía esta: coche nuevo y en propiedad.

Además de la «desconexión» de las nuevas generaciones con el coche, otro de los factores que influyen en la disminución de la oferta de descapotables es el auge del vehículo eléctrico. Obligadas por las normas anticontaminantes de Europa, las marcas aumentan el número de versiones electrificadas para cumplir con el límite de emisiones de CO2 exigido y evitar las millonarias multas. En este contexto, un coche descapotable no encaja. Son coches -salvo honrosas excepciones- poco aerodinámicos y con consumos elevados.

Ligado con esto último, las marcas no paran de vender modelos tipo SUV, carrocerías altas, pesadas y que gastan más carburante que un turismo medio. Es la tendencia del mercado, y parece que ha llegado para quedarse. Estos coches que imitan las proporciones de un todoterreno, aunque se usen en ciudad, son incompatibles con los descapotables. Las marcas han elegido, y el cliente parece que también.

Y todo esto en un país como España, propicio por su clima para el coche descapotable. En zonas del Mediterráneo hay 330 días de sol al año. Y sin embargo, ni rastro de matriculaciones de estos en los últimos años. Los coches descapotables que todavía venden las marcas son pocos, y cada vez serán menos.

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