Cómo limpiar el coche para dejarlo como nuevo

Tener el coche tan reluciente como el primer día implica la realización de una limpieza periódica de la carrocería y el interior. Además de por una cuestión estética, una limpieza correcta del coche favorece la seguridad y el confort a bordo. Hoy te contamos cómo limpiar el coche para dejarlo como nuevo.

Aunque el túnel de lavado es una opción cómoda, rápida y efectiva, no es lo más recomendable para la pintura del coche. Tampoco hay que pasarse con el agua a presión y evitar incidir mucho tiempo sobre la misma zona. Y nunca hacerlo a menos de la distancia recomendada: deja un margen de unos 30 centímetros entre la boca de la manguera y la superficie del coche.

La carrocería del coche se limpia de arriba hacia abajo, nunca en perpendicular

Primero aplicaremos un prelavado a las zonas más conflictivas como las llantas, en las que se acumulan partículas especialmente tediosas de eliminar.

A continuación, pasaremos a las zonas aledañas como los pasos de rueda, los bajos, o el frontal. El resto lo haremos manteniendo un orden, de arriba hacia abajo y de un lado hacia el otro con una ligera dirección oblicua (nunca perpendicular a la carrocería) a medida que rodeamos el coche. De esta manera ayudaremos a retirar progresivamente y de manera más efectiva los restos de suciedad, jabón u otros productos que hayamos utilizado.

Una vez aclarado, acomete la operación de secado. Se debe realizar con una bayeta de microfibras, siendo meticuloso en zonas como el techo, los faros, los retrovisores o los cristales. En la medida de lo posible, realiza el secado a mano. Es una mejor opción que dejar secar el coche al sol, ya que pueden quedarse marchas.

Por último, si el centro de lavado te ofrece la opción de brillo o cera, utilízalo porque el acabado es mejor y la pintura quedará más protegida. Si has sido más cuidadoso apostando por el lavado a mano, le puedes aplicar un protector de cera a la carrocería.

Ahora toca limpiar el interior del coche

Lo primero que debemos hacer en el limpiado del interior del coche es abrir todas las puertas, incluida la del maletero, favoreciendo la ventilación. Después, extraer y tirar en una bolsa de basura todos los desperdicios acumulados en el día a día o en unas vacaciones. Asegúrate de que no quedan restos en las guanteras y los huecos repartidos por todo el habitáculo.

A continuación, extrae, sacude y aspira las alfombrillas del coche. Preferiblemente con una aspiradora industrial de las que puedes encontrar en una gasolinera, ya que son más potentes. Después, pasa la aspiradora por todo el habitáculo, incluidos los asientos.

Para los huecos pequeños, utiliza un cepillo de cerdas suaves. Será de gran utilidad para limpiar elementos más pequeños y de difícil acceso, como las puertas, los pulsadores de las ventanillas, las rejillas de ventilación y la botonería de la climatización y la radio. Son elementos que acumulan mucho polvo y hay que armarse de paciencia para eliminar la suciedad.

Para limpiar el salpicadero puedes utilizar agua y jabón neutro, o un producto específico que repela el polvo de manera más eficaz. No te olvides de los cristales. Con un limpiacristales específico para el coche y una toalla de microfibra especial, quedarán sin huellas. Y por último, no te olvides del maletero, que también existe. 

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