Cómo funciona un coche híbrido

El coche híbrido está plenamente instaurado en nuestro país, siendo el principal protagonista en la transición hacia el coche eléctrico. Se trata de un tipo de vehículo que combina dos fuentes de energía distintas para moverse. Aunque los hay de diferentes tipos, el más habitual utiliza un motor de gasolina y otro eléctrico. El siguiente artículo se centra en cómo funciona un coche híbrido basado en una mecánica de combustión con un generador de energía eléctrica.

El origen del coche híbrido de masas se circunscribe a los año 90, con el lanzamiento mundial del Toyota Prius. Hay un elemento clave en este modelo, y que será crucial para entender el despegue de su tecnología: la batería recargable -por lo general, de iones de litio- donde se acumula la electricidad sin necesidad de un enchufe externo.

Para entenderlo, esta batería alimenta el motor generador de electricidad para volver a arrancar desde una posición de parada y también proporciona potencia para al motor, aprovechando al máximo la energía generada durante la conducción. De esta forma, no se desperdicia el excedente de electricidad, se consume menos combustible ya que el motor térmico participa menos (incluso estando apagado en muchas fases de la conducción) y se disfruta de una autonomía similar a la de un vehículo «tradicional».

El éxito de Toyota, clave para entender cómo funciona el coche híbrido

Cuando hablamos de cómo funciona un coche híbrido, la primera marca que nos viene a la cabeza es Toyota. El fabricante japonés ha impulsado su gama «Hybrid» con gran éxito. Por ejemplo, en España se trata de unas versiones hegemónicas respecto a las diésel y gasolina.

Los Toyota «Hybrid» utilizan el motor de gasolina como sistema de recuperación de energía cinética, que aprovecha las fases de frenada y desaceleración para cargas las baterías. La parte eléctrica contribuye a reducir significativamente el consumo de combustible, sobre todo en trayectos urbanos. Aunque su autonomía eléctrica es corta, de poco más de dos kilómetros,

Los modelos híbridos de Kia y Hyundai tienen un funcionamiento muy similar, aunque con la particularidad de incluir una caja de cambios automática más sofisticada. A diferencia del convertidor de par de Toyota, los coches híbridos coreanos apuestan por una transmisión de doble embrague, con un punto de refinamiento superior.

Lo que no cambia en uno y otro caso es que, gracias a la combinación de ambas energías, el coche híbrido obtiene lo mejor de ellas. Por un lado, consume muy poco en ciudad, y por otro, ofrece una autonomía de uso similar a la de un modelo convencional. Además, están clasificados con la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT), con las ventajas fiscales y de circulación que esto supone.

Diferencias respecto a los híbridos enchufables y los «híbridos ligeros»

Por su parte, los híbridos enchufables (PHEV) son vehículos que cuentan con un motor térmico asociado a uno eléctrico, cuyas baterías pueden cargarse a través de una toma de corriente externa. En estos coches, la autonomía eléctrica puede superar los 50 kilómetros. En cualquier caso, el conductor elige el modo en qué utiliza la energía eléctrica y el carburante disponibles, pudiendo combinar ambos o priorizar uno de los dos.   

Y, por último, están los coches híbridos «mild hybrid», también denominados «híbridos ligeros» o «semihíbridos». Son coches que cuentan con una batería de 48 voltios (en un coche normal es de 12V) que almacena la energía recuperada en frenadas y desaceleraciones para después usarla. Este excedente se utiliza en momentos puntuales -por ejemplo, al arrancar-, reduciendo el consumo y por lo tanto las emisiones de gases.

Hablando de gases, el «Bifuel» o coche de gas no es un vehículo híbrido. Aunque las marcas utilizan este término para referirse a ellos, es incorrecto. Son modelos que tienen un único motor, de combustión interna, que puede funcionar con gasolina y gas natural comprimido (GNC) o gas licuado derivado del petróleo (GLP), según el modelo.

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