Citroën como fuente de inspiración

Citroën como fuente de inspiración. Citroën siempre ha estado ligado de una forma u otra al mundo del diseño. De hecho, los contactos entre la firma francesa y el arte son innumerables a lo largo de su historia, manifestándose tanto en el diseño de los automóviles o la publicidad como en el uso de los distintos modelos de la marca como lienzo para obras de todo tipo de estilos. Citroën ha formado parte del cubismo, pero también del arte urbano contemporáneo. Acompáñanos en este viaje a lo largo de la historia del arte y Citroën

Nuestra historia empieza nada menos que con André Citroën, el fundador de la marca automovilística que hoy nos ocupa. Ya entonces, André confió la publicidad tanto de sus automóviles como de sus demás productos a diseñadores y artistas de vanguardia. Además, llevó al límite la arquitectura del vidrio en sus puntos de venta gracias a nombres ilustres del Art-Déco como Albert Laprade.

Más adelante, en 1925, se demostró por partida doble la simbiosis entre la firma y el arte. Por una parte, aquel año se celebró en París la esperada Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas. Una cita que atrajo a miles de visitantes a la capital francesa y que supuso el aplazamiento del Salón del Automóvil. André Citroën se aseguró de estar presente en la muestra, dando relieve a su última creación, es decir, el Citroën B12, el primer automóvil europeo con una carrocería enteramente de acero.

Creatividad sin límites

Citroën se aseguró una presencia de primera fila utilizando la Torre Eiffel como gigantesco cartel luminoso. Una proeza técnica y artística para la que contó con la ayuda de Fernand Jacopozzi, una artista de vanguardia de la electricidad, capaz de crear todo tipo de dibujos con bombillas. Un total de 250.000 se situaron en la estructura del icono parisino durante una década, creando un espectáculo nocturno inigualable durante la década siguiente.

Además, la arista de origen ucraniano Sonia Delaunay creó un caballo de Troya basado en el Citroën B12 para causar sensación en el propio certamen. Para esta creadora polifacética, el arte no debe estar encerrado en un museo, sino que debe formar parte de la vida diaria. Según sus propias palabras, “la vida se llena de arte y el arte cobra vida”.

Así, con un estilo cubista basado en figuras geométricas de colores vivos que parecen tomar movimiento, Sonia Delaunay inició su andadura artística con un original edredón patchwork realizado para arropar a su hijo. No sabemos si abrigaba, pero actualmente está expuesto en el Museo Nacional de Arte Moderno de París como pieza fundacional del simultaneísmo, una escuela artística que usaba el color para crear espacios y formas. Pronto, la creatividad de Sonia Delaunay salió de sus lienzos. Sus círculos y cuadrados coloristas invadieron tazas, platos y todo tipo de prendas. De este modo, liberó a las prendas femeninas de la sobriedad de aquellos tiempos para acentuar los movimientos del cuerpo. Estas inquietudes artísticas llevaron a Delaunay a ser la primera mujer que pudo ver su obra expuesta en el prestigioso Museo del Louvre.

Coche a la moda

Para la Exposición de Artes Decorativas de 1925, ideó una original trama de rectángulos en la que se alternaban el rojo, el blanco, el azul y el negro y que tuvo como primer destino una colección de moda. Sin embargo, sintió un latigazo de inspiración al ver un Citroën B12 y, ni corta ni perezosa, pintó su carrocería con el mismo motivo, haciendo del vehículo un complemento de moda a juego con las prendas de sus ocupantes. El automóvil pasaba de la monotonía cromática a ser un elemento en el que plasmar los gustos y la individualidad de cada persona.

Actualmente, esta filosofía está muy presente en la gama Citroën. La personalización es una de las grandes señas de identidad de la marca, con alternativas que permiten jugar con colores, atmósferas interiores o configuraciones hasta lograr un automóvil a la medida de cada persona. Así, el Citroën C3 Aircross permite combinaciones de color, que incluyen una paleta de ocho colores de carrocería, cuatro tonos de techo para las versiones bitono y cuatro Packs Color, que permiten crear contrastes muy personales en elementos como las barras de techo, las carcasas de los retrovisores, la luna de custodia, los cercos de los faros delanteros o el centro de las ruedas.

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