Qué pasa cuando sale mucho humo del tubo de escape

Seguro que en alguna ocasión has visto cómo tu coche expulsa mucho humo del tubo de escape. Lo primero, calma. No todos los humos son iguales.

Con la llegada del frío y las bajas temperaturas, los coches -sobre todos los diésel- despiden un humo blanco «ligero», sin espesor, fruto de la condensación. Pasados cinco o diez minutos con el motor arrancado, este se empieza a calentar y el agua se evapora, desapareciendo el humo. Y las preocupaciones. Tranquilo, no tienes una avería.

Pero no todos los humos que salen del tubo de escape son iguales. A continuación, te contamos en qué casos este humo revela posibles problemas mecánicos, algunos importantes y caros.

Humo blanco y espeso

Si por el tubo de escape de tu coche sale mucho humo, blanco y denso, podemos estar ante una avería grave. Por lo general, relacionada con el sistema de refrigeración. El anticongelante del coche ha podido entrar en el cilindro y se ha mezclado con el combustible. De tal manera que el motor no se está refrigerando cómo es debido, pudiendo ocasionar daños importantes si dejamos pasar mucho tiempo. La factura del taller será de entre 800 y 3.000 euros.

Humo negro

Cuántas veces hemos visto circular un coche soltando un humo negro y espeso por su tubo de escape. Es síntoma de que la mezcla de combustible y aire que entra en el cilindro está fallando. En tal caso, el exceso de gasolina o gasóleo no llega a explosionar y se quema, apareciendo el humo negro por el tubo de escape.

También puede deberse a que un filtro de aire esté sucio y no deje pasar el oxígeno al motor. En una u otra circunstancia, deberás acudir el taller para que te configuren la mezcla exacta que tu coche traía de fábrica.

En el caso de los modelos diésel, si el tubo de escape de tu coche suelta un humo negro al acelerar, en forma de «chorro», el vehículo estará expulsando las partículas quemadas del gasóleo. Por eso existen filtros de partículas desde la normativa Euro 4, del año 2005, que evitan la salida de estos posos contaminantes al exterior.

Humo azul

Se trata del color de humo del tubo de escape menos habitual. Sin embargo, puede ser el más grave y caro de subsanar. Y por lo general, ha llegado porque el dueño de ese coche no ha cumplido con las revisiones estipuladas.

Relacionado con los coches más viejos (más de 15 años de antigüedad), el humo azul del tubo de escape sale por el desgaste de las piezas y el paso de los kilómetros. El aceite se filtra por los segmentos o retenes de las válvulas de las culatas. Sí, la temida culata. El aceite alcanza distintas partes del motor al ir cogiendo holgura y el resultado es ese humo en tono azulado.

Si la avería ha alcanzado al turbo del coche, tendrás que sustituirlo. Es una pieza cara, que implica un gasto de entre 1.000 y 3.000 euros. Si no tiene turbo -es una mecánica atmosférica- es el síntoma de que el coche ha llegado al final de su vida útil. Su reparación implica abrir el motor por la culata y gastarte una cantidad de dinero que oscila entre los 800 y 6.000 euros, según el modelo.

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