Neumáticos de invierno

Te contamos las características principales de los neumáticos de invierno. Se trata de una alternativa legal a las clásicas cadenas metálicas o las más modernas fundas para ruedas del coche. Son más resistentes al frío, por debajo de los 7 grados de temperatura es cuando mejor funcionan, y ofrecen un elevado agarre en carreteras con agua, barro, hielo y nieve.

Los neumáticos de invierno son recomendables si se cubren muchos kilómetros durante los meses de invierno o si el objetivo es maximizar su rendimiento en estas condiciones meteorológicas.

Además, a diferencia de los neumáticos de clavos (específicos para la nieve), los de invierno ofrecen una gran polivalencia y pueden utilizarse sin inconvenientes hasta la llegada de la primavera.

Por la climatología de España, apenas un 3% de conductores utiliza los neumáticos de invierno. En los países del norte de Europa, donde su uso es obligatorio en los meses de bajas temperaturas, este porcentaje es del 30%.

Alternativa a las cadenas

Los neumáticos de invierno se identifican por el grafismo «M+S» («Mud and Snow» en inglés; barro y nieve en español) en la rueda. Además, tienen un pictograma que representa una montaña de tres picos con un copo de nieve en su interior, denominado «3PMSF» (de las siglas en inglés de «3 Peaks Mountain Snow Flake»).

Esta homologación certifica su comportamiento a bajas temperaturas en frenada y tracción, manteniendo su flexibilidad y ofreciendo una mayor adherencia.

Los neumáticos de invierno permiten la movilidad del coche sin necesidad de recurrir a las cadenas. Incluso en situaciones de nieve, gracias a la homologación de la DGT la policía te permitirá seguir circulando. De esta manera, el conductor se evita instalarlas, una operación a la que por general está poco acostumbrado. Aquí tienes unos consejos de cómo hacerlo.

Además, las cadenas tienen el hándicap de que el coche no ruede homogéneo. Si has conducido con ellas colocadas, te habrás dado cuenta de que se producen pequeños golpes durante la circulación cuando se pisa por los eslabones metálicos. Aunque es poco probable, existe el riesgo de dañar algunos componentes de la suspensión y la transmisión si circulas muchos kilómetros.

Cómo reconocerlos

Los neumáticos de invierno apenas se diferencian -aparte de por la etiqueta ya comentada- de los neumáticos de verano. A simple vista, solo te puedes percatar de que el diseño de la banda de rodadura es distinto, con unos canales longitudinales más anchos para evacuar más agua y reducir el riesgo de aquaplaning.   

Además, los neumáticos de invierno utilizan una goma específica que conserva sus propiedades ante el frío. Frente a los neumáticos convencionales, que se endurecen, pierden adherencia y acaban deslizando, los neumáticos de invierno se comportan de manera impecable por debajo de 7 grados centígrados, tanto con suelo seco, lluvia o nieve.

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