Las 4 costas catalanes: 4 lugares para visitar

Entre sus múltiples atractivos, Cataluña destaca por un litoral de más de 700 kilómetros dividido en cuatro costas: de norte a sur, la Costa Brava, la Costa del Maresme, la Costa del Garraf y la Costa Dorada. Frente al Mar Mediterráneo, estos son los cuatro lugares para visitar.

La Costa Brava es la más famosa e internacional de la franja marítima de Cataluña. Empieza en la frontera con Francia, a los pies de los Pirineos Orientales, en la localidad de Portobou y se extiende durante 214 kilómetros hasta el municipio de Blanes. Integrada en la provincia de Girona, la Costa Brava destaca por sus aguas limpias, calas recónditas, una densa vegetación y pueblos con casitas blancas.

Conocida por pueblos como Tossa de Mar y Cadaqués, la Costa Brava esconde lugares menos transitados y del mismo encanto. S’Alguer es uno de ellos. Se trata de un precioso núcleo de pescadores que seguro roba el corazón del visitante. Parece la foto de una postal, íntimamente ligado a la idea preconcebida que el turista tiene de un pueblo mediterráneo catalán.

La Costa del Maresme: de su capital Mataró a Sant Pol de Mar

Al sur de la Costa Brava comienza la Costa del Maresme. Ubicada al norte de la ciudad de Barcelona, destaca por un clima suave. Protegida por la Cordillera Litoral, sus 49 playas son mayoritariamente anchas y largas y las aguas, tranquilas. Ideales para un turismo familiar y con niños, su capital es Mataró.

Sin embargo, el lugar imprescindible que el viajero debe conocer en la Costa del Maresme es Sant Pol de Mar. En él se intuye la esencia de un antiguo pueblo de pescadores. Calles estrechas y casas blancas y eslabonadas en el centro del pueblo dan paso a una costa recortada por playas de arena limpia y granulada que recuerdan sus orígenes marineros.

Siguiendo la ruta hacia el sur y superando la ciudad de Barcelona, que tiene su propia playa, llegamos a la Costa del Garraf. La más pequeña por extensión de Cataluña comprende desde la desembocadura del río Llobregat hasta la del río Foix. En total, 20 playas, las más visitadas se concentran en dos clásicos del turismo catalán: Castelldefels y Sitges.

El lector puede conocer más detalles sobre Sitges en una ruta en coche a las afueras de Barcelona.

Por su parte, Castelldefels es una excelente base de operaciones para conocer la capital catalana, a 20 minutos en coches, y sus alrededores. El pueblo está coronado por su castillo, visita obligada. Para relajarse, pocos lugares hay en toda Cataluña como las playas de Castelldefels. En el interior de la Costa del Garraf el visitante puede realizar una ruta a pie por el parque natural homónimo.

La Costa Dorada y sus diversos encantos

La costa más al sur de Cataluña es la Costa Dorada, que se extiende por la provincia de Tarragona. Comienza tras la desembocadura del río Foix y finaliza en el Delta del Ebro. Es la zona donde se construyó en 2002 el complejo de atracciones PortAventura, un reclamo turístico de primer orden que tiene su reflejo marítimo en la archiconocida localidad de Salou.

Alejándose de la masificación, el turista puede desplazarse dirección sur y visitar L’Ampolla. Puerta de entrada al Delta del Ebro, es un pueblo pesquero de poco más de 3.000 habitantes que ha sabido mantener su idiosincrasia. Su costa alterna tanto las minúsculas calas de rocas en la parte norte como las extensas playas de arena fina en la parte sur.

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