Gasolineras baratas, ¿son realmente fiables?

A la hora de repostar combustible para nuestro vehículo, es muy común intentar ahorrar lo máximo posible. No es raro el usuario que recorre más distancia de la normal solo para encontrar gasolineras baratas, pero, ¿hasta qué punto se puede confiar en ellas?

Y es que, por mucho que podamos ahorrar con estas estaciones de servicio low cost, siempre nos quedará la duda de si estamos haciendo lo correcto para nuestro coche. Es normal que la diferencia de precio nos haga desconfiar tanto de la calidad de la gasolina como de la cantidad que se introduce en nuestro depósito.

¿Quién controla a las estaciones de servicio?

Pues bien, debes saber que absolutamente todas las estaciones de servicios deben cumplir unos controles exhigentes y periódicos llevados a cabo por una empresa independiente: la Entidad Nacional de Acreditación.

Este tipo de inspecciones dan fe de que el surtidor realmente sirve los litros que estamos pagando o que se están cumpliendo ciertas normas de seguridad. Es más, todas las gasolineras deben tener una etiqueta oficial que demuestra que se ha pasado dicho control.

En cuanto a la cantidad de carburante que acaba en nuestro depósito, la normativa solo acepta un desfase del 0,5%, tanto en exceso como en defecto. Por tanto, podemos estar tranquilos de que realmente las gasolineras baratas nos dan el combustible que estamos pagando.

Y las consecuencias de no cumplir con estas normativas no son moco de pavo. Estamos hablando de multas millonarias o incluso penas de prisión, además del mal nombre que darán a las compañías este tipo de prácticas.

Entonces, ¿la gasolina barata es peor?

Aunque ya estarás más tranquilo respecto a la gasolina que compramos, seguramente te sigas preguntando si las gasolinas baratas son de peor calidad. Pues la pregunta se las trae, así que te diremos que sí y no.

Toda la gasolina que se produce en España sale de ocho refinerías que tratan el crudo importado de una forma idéntica. Lo mismo para la gasolina que para el diésel. Después de este tratamiento, los carburantes se distribuyen a centros logísticos de almacenamiento que trabajan bajo el amparo de la Compañía Logística de Hidrocarburos.

No son más que almacenes de los que se nutren las compañías conocidas por todos: Repsol, Campsa, BP, Platinium Oil, Carrefour… Y también las gasolineras low cost.

Entonces se podría decir que, de entrada, la gasolina que llega a las diferentes estaciones de servicio es la misma, ya que sale toda de los mismos tanques. Ahora bien, las grandes compañías llevan a cabo algunos procesos que no hacen las gasolineras low cost.

La clave está en los aditivos

Estos procesos consisten en el añadido de químicos que mejoran el rendimiento del combustible. Son los famosos aditivos, que otorgan una serie de beneficios interesantes a los carburantes.

Por ejemplo, la mejora del proceso de combustión que se produce en el motor, así como facilitar la inyección y la limpieza del motor gracias a sus efectos detergentes y anticorrosivos. Existen diferentes tipos de aditivos, cada uno pensado para un proceso concreto.

Y es evidente que el motor de nuestro coche se verá beneficiado de la inclusión de estos aditivos, ya que mejorarán su rendimiento y calidad de vida. Es por eso que mucha gente está dispuesto a pagar más por los carburantes de las grandes compañías.

Otros aspectos de las gasolineras baratas

Pero cuando pagamos más o menos por un combustible, también hay que atender a todo lo que lo rodea. Hablamos de la calidad del servicio, de los sistemas de seguridad y pequeños detalles que pueden marcar la diferencia.

Está claro que las gasolineras low cost reducen gastos relativos al personal, la limpieza y el trato con el cliente. No quiere decir que sus usuarios sufran malas experiencias, pero sí que son detalles a tener en cuenta cuando pagamos por un producto determinado.

En cuanto a seguridad, sí que podemos estar tranquilos. Tanto las gasolineras de siempre como las baratas deben cumplir unos exigentes protocolos de seguridad para mantenerse abiertas al público. Contar con extintores, cámaras o sellos de seguridad en caso de accidente, son mínimos que todas las estaciones de servicio deben cumplir.

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