¿Gasolina de verano o gasolina de invierno? ¿Cómo afectan a nuestro coche?

Muchos no lo saben, pero la gasolina de verano no es la misma con la que alimentamos nuestro coche durante el invierno. Es normal que desconozcas este detalle, ya que en las estaciones de servicio no viene indicado.

Lo cierto es que ni siquiera lo consumidores tenemos la opción de elegir el carburante. Es algo que compete a las propias gasolineras cuando llegan los meses más calurosos. Pero no te preocupes, porque no hay diferencias en su calidad.

Pero, ¿qué sentido tiene que el carburante sea distinto en función de la época del año? La respuesta está en la diferencia de presión del vapor que generan los combustibles en el depósito. Durante el verano, cuando aumentan las temperaturas, se necesita una presión de vapor que oscile entre los 45 y los 60 kPa, mientras que la de invierno puede subir hasta los 50 o los 80 kPa.

Esto se debe a que, durante el invierno, la gasolina necesita un pequeño empujón para alcanzar los niveles de presión que necesita el motor. Los vapores que hay en la cámara de combustión no son suficientes para que se genere esta reacción química.

¿Cuándo se cambia la gasolina de invierno por la gasolina de verano?

¿Y cómo marcan los fabricantes y distribuidores estas diferencias en el combustible? Pues con la inclusión de aditivos, esos productos químicos que alteran el rendimiento de los carburantes y de los motores que alimentan.

En el caso de la gasolina de verano, no es necesario añadir ningún aditivo, ya que la presión de la cámara será más que suficiente para que se produczca la combustión.

Por lo general, la gasolina de verano se utiliza durante los meses de junio a septiembre. En algunos países de Europa pueden adelantar su entrada hasta finales de mayo. Aunque es cierto que algunas gasolineras europeas cuentan con ‘gasolinas de transición’ cuyo uso va desde marzo hasta mayo, coincidiendo con los meses de primavera.

¿Cómo afecta la gasolina de verano a nuestro coche?

Si la utilizamos durante los meses que toca, mejorará el rendimiento de nuestro motor. Pero si utilizamos carburante de verano durante el invierno nos arriesgaremos a que el coche no arranque, ya que la presión de los vápores de la cámara no serán suficientes para ello.

En el caso de utilizar gasolina de invierno durante el verano, no tendría por qué tener ningún efecto negativo. Como mucho, podremos experimentar problemas en el arranque cuando hay temperaturas que no llegan a los 25º.

En estos casos, lo más probable es que se encienda la luz de fallo del motor. ¿La forma de solucionarlo? Pues dejar el coche con el motor apagado durante un tiempo mínimo de una hora, hasta que se enfríe completamente.

También cabe destacar que ocurre lo mismo con el diésel, ya que lo hay de invierno y de verano. Igual que ocurre con la gasolina, solo se añaden aditivos durante el periodo invernal. Por lo general, químicos anticongelantes que evitan que el diésel se solidifique por culpa de las bajas temperaturas.

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