Coches con instrumentación digital o analógica

La era de la digitalización ha alcanzado de pleno al mundo del automóvil. Primero fueron las pantallas centrales y después las de instrumentación. En apenas cinco o seis años, las marcas han desplegado todo su arsenal tecnológico a bordo de sus nuevos modelos. Si al principio fueron las firmas más exclusivas, en los últimos tiempos también se han unidos las «generalistas». Y en los próximos años, se unirán las que faltan. Frente al auge de las pantallas, los relojes o las esferas de siempre. Coches con instrumentación digital o analógica, ¿cuáles son mejores?

Para entender este fenómeno hay que contextualizar la época en la que vivimos, donde todas las personas están conectadas a través de sus teléfonos móviles. Redes cada vez más potentes que garantizan al usuario de un «smartphone» poder hacer tareas domésticas o profesionales con un solo clic. Si a esta deriva se une el grado de sofisticación de los coches de última generación, nos encontramos con una industria del automóvil capaz de convertir sus máquinas en gadgets tecnológicos de primerísimo nivel.

Como en su momento ocurrió con los cambios automáticos, las pantallas se abren paso en el coche, ofreciendo al cliente una presentación interior atractiva y de vanguardia. Nada que ver con los modelos de hace cinco años. Como decíamos al principio, los modelos más grandes y caros ya no dan opción al potencial comprador, copando el salpicadero y el cuadro de instrumentos de pantallas digitales.

Tesla, el precursor del coche con instrumentación digital

El fabricante de coches eléctricos Tesla ha marcado el camino de las marcas europeas o norteamericanas más exclusivas. Como con sus baterías de alta capacidad, la firma de Elon Musk se desmarcó con una gran pantalla en la consola central como centro de operaciones integral. Una tablet en disposición vertical de 17 pulgadas de diámetro.

Tampoco se ha quedado atrás Mercedes, con similares soluciones en toda su gama a partir de 2018, desde el compacto Clase A hasta el buque insignia Clase S, pasando por todos los modelos tipo SUV. Y ya no solo es la digitalización de la consola central -eliminando casi por completo los botones-, también es la del cuadro de instrumentos. Y parece que aquí no se detiene, ya que la firma de Stuttgart ha presentado en 2021 la gigantesca pantalla táctil de 56 pulgadas de extremo a extremo que debutará en su inminente berlina eléctrica de lujo, el EQS.

En el caso de Audi, la apuesta por la instrumentación digital se remonta a 2014, con el debut del Audi Virtual Cockpit en el Audi TT. Desde entonces, esta tecnología ha evolucionado y se ha ido incluyendo en cada modelo renovado. Se trata de una pantalla tras el volante tipo TFT de 12,3 pulgadas, en alta definición y gráficos en formatos 3D para la navegación. El conductor puede configurarla a su gusto, mostrando qué información quiere que aparezca y con qué diseño. Hasta el punto de que se puede configurar las esferas de siempre, con el velocímetro o el cuentarrevoluciones en pantalla.

Por su parte, en los modelos pequeños y medianos el cliente tiene todavía margen para elegir coches con instrumentación digital o analógica.

Ventajas e inconvenientes de la instrumentación analógica y digital

En este punto conviene mencionar qué ventajas e inconvenientes tienen unos y otros.

Empezando por los coches con instrumentación analógica, sus ventajas están en el campo de la racionalidad. Se trata de una tecnología más sencilla, que viene de serie y que por lo tanto es más económica. En este sentido, la apuesta por los relojes es más funcional, ya que se ven menos afectados por la luz y los brillos. Además, se interpreta mejor su información, evitando distracciones al volante que, en el caso de las pantallas, nos llevan a apartar la vista de lo importante: la carretera. Otro punto a su favor es que su menor grado de sofisticación les asegura una vida útil como la la que tenga el propio coche.

Por su parte, los coches con instrumentación digital son más completos, ofreciendo un nivel de información altísimo para el conductor. Otra de sus ventajas es que permiten contemplar los mapas e indicadores del navegador de manera más nítida y precisa.

Por el contrario, se desconoce la fiabilidad a largo plazo de todas estas pantallas que copan los coches de última generación. Además de esta incógnita, en ocasiones el exceso de información puede resultar contraproducente al volante, provocando fatales distracciones. Además de los reflejos de algunas pantallas, otro problema (en algunos modelos) es que el acceso a las funciones del coche es engorroso, alargando procesos que con un botón se podría simplificar.

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