En 1994, Citroën decidió lanzar una de sus apuestas más arriesgadas, el Xsara Picasso. Se trataba de un monovolumen nunca antes visto que destacaba por sus formas redondeadas y un espacio interior de grandes dimensiones. Modelo que marcó a una generación y supuso un antes y un después en el segmento de los monovolúmenes.
Además, el mítico Citroën Xsara Picasso llevaba en su piel el sello español, ya que su fabricación empezó a realizarse, de manera exclusiva, en la planta gallega de Vigo.
El exterior del Citroën Xsara Picasso rompía con todos los moldes de la automoción. Se trataba de un vehículo con formas redondeadas que combinaba el capó de monovolumen con una parte trasera que recordaba a las berlinas. Por sus dimensiones, se podía catalogar como un vehículo compacto, pero muy espaciosos por sus proporciones nunca antes vistas (4,27 metros de longitud, 1,63 metros de altura y 1,75 metros de ancho).
5 plazas, con asientes traseros de idénticas medidas para los 3 pasajeros y un amplio maletero de 550 litros. Capacidad equivalente a los coches del segmento D.
Además, su espacio se multiplicaba gracias a las distintas soluciones de modularidad. Los asientos trasera podían abatirse completamente, así como extraerlos en caso de necesitar más espacio. En la parte delantera, la palanca de cambio se ubicaba en el salpicadero, otra solución para disfrutar de mayor espacio también en la bancada de conductor y copiloto. También contaba con suelo totalmente plano para contar con “pasillo” entre la bancada delantera y la trasera.
Otro de los elementos destacables del Citroën Xsara Picasso fue su pantalla situada en el centro del salpicadero. Hecho que permitía que fuera visible por todos los pasajeros del vehículo, ofreciendo datos de velocidad, mensajes de alerta, datos del ordenador de a bordo o las sintonías del equipo de música.