Cada cuántos kilómetros se cambia el aceite del camión

Una de las cuestiones más frecuentes entre conductores del sector del transporte es la de cada cuántos kilómetros se cambia el aceite a un camión.

Antes de contestar a esta pregunta, es importante llevar al día todas las labores de mantenimiento periódico de la mecánica de cualquier vehículo. Más si cabe en camiones, u otro tipo de carrocerías de gran tonelaje destinadas al transporte de mercancías, ya que circulan habitualmente con notables cargas de peso.

Como en todos los sectores, la tecnología de los camiones ha avanzado mucho en los últimos años. Si hace apenas una década, este tipo de vehículos debía cambiar de aceite cada 1.000 kilómetros, en la actualidad hay importantes mejoras en lo que a motores, lubricantes y filtros se refiere. Gracias a esto, los camiones nuevos pueden recorrer más de 50.000 kilómetros antes de ser necesario el cambio de aceite.

Los kilómetros para el cambio del aceite pueden variar

Esta distancia varía en función de distintos factores.

En primer lugar, la vida útil del lubricante depende en gran medida de que la combustión sea eficiente. Esta determina tanto la cantidad como el tipo de partículas generadas en el motor del camión, que finalmente pasan al aceite.

En este sentido, las diferencias en el rendimiento de este fluido se deben a tres elementos fundamentales: el diseño del motor, las condiciones en las que se hace trabajar al lubricante y las propias características del aceite.

Toca hablar de esto último, la calidad del aceite. No todos los lubricantes son iguales. Los aceites de calidad ofrecen un ahorro que se acumula en el tiempo porque ayudan a extender los intervalos de cambio. En la mayoría de ocasiones, en todo lo relacionado con el mantenimiento del vehículo, merece la pena invertir algo más de dinero: lo barato puede salir caro.

Por último, las condiciones del motor influyen en cada cuántos kilómetros se cambia el aceite del camión. Que el vehículo pase la noche en el exterior, a temperaturas bajas, puede complicar su arranque al día siguiente. Con el frío, el aceite se vuelve más viscoso y perjudica la lubricación de los cilindros en el momento de encender el motor. En el extremo contrario, con mucho calor, la viscosidad baja y con ella, la capacidad de lubricación.

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