Si estamos pensando en la posibilidad de comprarnos un coche, el invierno es la mejor época del año para hacerlo. El cambio de temperaturas, la reducción de horas de sol y “las prisas” de los concesionarios por vaciar el sobrante de stock del año, precipitan la bajada de los precios de los vehículos, tanto nuevos como de 2ª mano.
Si bien es cierto que estos factores no afectan a todos los segmentos de vehículos, los SUV refuerzan su carácter durante esta época del año, el invierno se presenta como una época difícil para la venta de vehículos usados, ya que a causa de las inclemencias meteorológicas ven aflorar todos los fallos mecánicos que con temperaturas más cálidas no aparecen, además, a causa del mismo factor, es realmente difícil poder concertar una cita con posibles vendedores o compradores en la calle. Al tener menos horas de luz, nuestra cita para revisar el coche se realizará por la noche y la falta de la misma puede ocasionar que pasemos por alto algún defecto o desperfecto del coche.
Estos factores que inevitablemente reducen el precio total del vehículo y favorecen a conseguir nuestro coche deseado con un precio menor al que podríamos pagar en la época estival.
Si los SUV refuerzan su valor en invierno, los descapotables y coches deportivos sufren consecuencias contrarias, ya que, durante el invierno, estos vehículos se utilizan de manera menos frecuente, por lo que los vendedores se verán obligados a rebajar el precio que pedían durante la primavera o el verano.