El todoterreno Opel Monterey cumple 30 años de historia. En 1992, Opel, tras la creación y el gran éxito del Opel Frontera, presenta un vehículo ideal para el tiempo libre que se posicionaba directamente en el segmento superior del mercado de todoterrenos.
Vehículo con carrocería elegante y gran capacidad fuera de rutas, el Opel Monterey garantizaba el máximo confort y habitabilidad a principios de la década de los 90. Algo inusual en un tiempo donde imperaban las berlinas en el mercado.
El Monterey llegaba para cubrir las necesidades básicas del conductor del momento al combinar su estilo urbano de utilitario y la máxima funcionalidad y robustez para las escapadas fuera del asfalto. Su suspensión delantera independiente estaba formada por trapecios dobles, mientras que la parte trasera contaba con un eje rígido con brazos longitudinales, una barra Panhard y muelles helicoidales de dureza progresiva.
Con sus dos versiones disponibles, el Opel Monterey ofrecía espacio para hasta 7 personas y contaba con una capacidad de carga de hasta 2.548 litros (gracias a los asientos traseros abatibles). En cuanto a la capacidad de remolque, el Opel Monterey, gracias a su diseño y su motor, contaba con una capacidad de arrastre de hasta 3.300 KG.
Sus potentes motorizaciones, diésel de cuatro cilindros 3.1 L y V6 de gasolina de 3,2 L, sumado a su reductora, permitía al todoterreno alemán ascender por cuestas con inclinaciones de hasta un 76%. Además, sus 177 CV permitían al robusto Monterey alcanzar los 100 Km/h en tan solo 11,5 segundos. Alcanzando una velocidad máxima de 177 Km/h.
El Opel Monterey sirvió al fabricante alemán referente para asentar las bases de los SUV y Crossover del futuro de la marca, como son los modelos Grandland, Mokka y Crossland. Un mito que ayudó a crear los SUV del futuro.